Dulces Tradicionales del Centro Histórico de Quito
Dulces Quiteños.
La gastronomía está llena de tradiciones que se pierden o que se
modifican con el paso del tiempo. Las relacionadas a la elaboración de los
dulces no son la excepción. Una de ellas
es la tradición quiteña que cuenta que hace algunos años, cuando alguien se iba
a casar tenía que llevar huevos a las monjas Clarisas. Mientras ellas
elaboraban dulces con esos huevos, rezaban para que no llueva durante el
matrimonio.
Quesadillas, gatos
encerrados, hechos a base de plátano de seda y una mezcla de harina leche y
huevos; aplanchados, empanadas de mejido, dulce que se elabora a base de
azúcar, queso fresco y huevos; chimborazos, maní con miel de raspadura,
espumilla de mora, dulce de higos en arroz de leche, pristiños, dulce de
guayaba, dulce de tomate de árbol, torta de maqueño... La lista de dulces
tradicionales que le gustan, que ha degustado y que con frecuencia prepara es
interminable. Para ella lo más importante al momento de hacer dulces quiteños,
es mantener los ingredientes originales. La tecnología es una ayuda -dice ella-
porque ha permitido que estos se conserven y a que el tiempo de trabajo que se
empleaba en su preparación se reduzca. “Antes para hacer unas quesadillas se
necesitaban horas de batido a mano con una cuchara de palo, hasta que la mantequilla
se haga cremosa”. Arroyó apuesta a la tecnología como una manera de incentivar
a que los jóvenes preparen estos dulces. Sin embargo, cree que la investigación
previa siempre será necesaria. Por eso
sus paseos al Centro Histórico, para hurgar en el trabajo de los artesanos de
estos manjares. Visitar a Manuela Cobo, propietaria de las Quesadillas de San
Juan o a Luis Banda, el artesano que elabora las colaciones de la cruz verde,
entre otras huecas de dulces quiteños.
BIBLIOGRAFIA.
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